Encarna Espuña: “El dolor crónico puede curarse y los fisioterapeutas tenemos un papel clave en ello”
¿El dolor crónico puede curarse?Sí, el dolor crónico puede curarse pero no como se cura el dolor agudo, que supone una actuación en los tejidos. El dolor en general es una producción cerebral y para curarlo hay que atender a toda la información que llega al cerebro, no solo la nociceptiva. Así, más allá de conseguir alivio hasta la siguiente sesión, se soluciona de una vez por todas.Afirma que existe una irrefutable relación entre el cerebro emocional y el dolor, ¿cómo funciona?El cerebro emocional contribuye a la construcción de la percepción del dolor, en lo que se conoce como la neuromatriz, aportando información que hace que esta percepción sea más o menos intensa; el cerebro la puede generar e incluso anular. Por ejemplo, cuando estamos enamorados, lo que nos solía doler, ¡o no nos duele o nos duele menos!¿Cuáles son los factores claves que permiten la curación?El factor clave es el cambio de creencias del paciente respecto a lo que es el dolor, por lo que es necesaria una intervención pedagógica: la educación en neurobiología del dolor. Por otro lado, además de poner el foco en lo físico y en los tejidos, hay que colocarlo también en lo emocional como causante de la mayoría del estrés crónico que subyace al dolor y afecciones crónicas. Y simultáneamente, se trata de recuperar la movilidad habitual y la vuelta lo antes posible a la actividad.¿Qué tipo de patologías o dolores se pueden curar?Todo dolor en las articulaciones, especialmente de la espalda, o en los tejidos blandos (músculos, tendones, fascias) que se sufra de forma permanente o intermitente y que dure más de tres meses. Y también cualquier afección que curse dolor o molestias de más de tres meses de evolución, entre ellas, cefaleas, migrañas, fibromialgia,...¿Qué papel juega el fisioterapeuta en todo esto?El fisioterapeuta se convierte en un “fisiopedagogo” ya que sobre todo informa pero también interviene en explorar, valorar y orientar al paciente en cómo volver a la actividad y a una vida sin dolor.Dece que se puede curar desde un tratamiento que tenga en cuenta la mente-cuerpo dentro del contexto de la medicina biopsicosocial ¿pero la mente es un tema del psicólogo no del fisioterapeuta? Sí, así es, pero en este caso somos más pedagogos qué psicólogos. Cuando desde este abordaje tenemos en cuenta la mente, estamos hablando de lo que hay en ella: pensamientos, creencias, emociones, etc. que contribuyen a que el sistema nervioso haga valoraciones de peligro y excesivamente protectoras cuando no es el caso. No entramos en resolver por decirlo así la “historia” que hay detrás de todo esto. Aquí es donde toma sentido la transversalidad y actuación interdisciplinar; si se descubre una patología de la mente hay que derivarlo al profesional correspondiente, es decir, al psicólogo, aunque otras veces podría ser a atención primaria.  Ha dicho que las evidencias muestran que el dolor crónico no oncológico es una respuesta de un sistema nervioso demasiado alarmista y protector ¿Por qué ese sistema es tan alarmista? El sistema nervioso está diseñado para generar respuestas y permitirnos que constantemente nos adaptemos al medio y a los cambios. Si la información que llega al sistema nervioso a partir de lo que pensamos, creemos y sentimos es valorada como peligrosa este dará respuestas a ello. Ahí es donde interviene el fisioterapeuta con diferentes medios para cambiar en lo posible esa percepción.¿Qué debemos aprender al respecto?Que estamos ante un cambio importante de modelos de trabajo, lo que se dice un cambio de paradigma, y que los fisioterapeutas somos el “gigante dormido” que está despertando para contribuir a que esta plaga para el primer mundo, que es el dolor y las afecciones crónicas, pase a ser historia.Para ello nos tenemos que actualizar constantemente, si no, corremos el peligro de no ser eficaces. Seguir pensando, por ejemplo, que la mente es una cosa y el cuerpo es otra es no estar actualizado, ya que las investigaciones en neurociencias nos hacen ver como nuestros pensamientos se convierten en impulsos nerviosos.Ha traducido el libro “Dolor crónico” de la fisioterapeuta británica Georgie Oldfield, de la que es representante en España. ¿Por qué este y no otros muchos que hay en lengua inglesa sobre este tema?El primer motivo es porque lo ha escrito una fisioterapeuta pero la principal razón es porque da al detalle un programa de recuperación para el paciente y para el profesional, que lo puede desarrollar y ampliar con sus conocimientos e intervenciones.Entonces, ¿esta sería la principal aportación del libro?Sí, con este abordaje, el “paciente” deja de ser paciente para ser “agente”, y este, con una información actualizada, un buen programa de recuperación pautado y el asesoramiento del fisioterapeuta, puede conseguir superar totalmente el dolor y ciertas afecciones crónicas. Para su presentación, que tuvo lugar en diciembre en Valencia, ha contado con la colaboración del Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana, ¿qué ha supuesto para usted?Un hito importante ya que me siento apoyada por el Colegio Profesional que me representa a mí y a todos mis colegas; veo que el propio colegio avanza y se actualiza y eso me da mucha tranquilidad y esperanza.     

17-01-2018
Illustre Col.legi Oficial de Fisioterapeutes de la Comunitat Valenciana

¿El dolor crónico puede curarse?

Sí, el dolor crónico puede curarse pero no como se cura el dolor agudo, que supone una actuación en los tejidos. El dolor en general es una producción cerebral y para curarlo hay que atender a toda la información que llega al cerebro, no solo la nociceptiva. Así, más allá de conseguir alivio hasta la siguiente sesión, se soluciona de una vez por todas.

Afirma que existe una irrefutable relación entre el cerebro emocional y el dolor, ¿cómo funciona?

El cerebro emocional contribuye a la construcción de la percepción del dolor, en lo que se conoce como la neuromatriz, aportando información que hace que esta percepción sea más o menos intensa; el cerebro la puede generar e incluso anular. Por ejemplo, cuando estamos enamorados, lo que nos solía doler, ¡o no nos duele o nos duele menos!

¿Cuáles son los factores claves que permiten la curación?

El factor clave es el cambio de creencias del paciente respecto a lo que es el dolor, por lo que es necesaria una intervención pedagógica: la educación en neurobiología del dolor. Por otro lado, además de poner el foco en lo físico y en los tejidos, hay que colocarlo también en lo emocional como causante de la mayoría del estrés crónico que subyace al dolor y afecciones crónicas. Y simultáneamente, se trata de recuperar la movilidad habitual y la vuelta lo antes posible a la actividad.

¿Qué tipo de patologías o dolores se pueden curar?

Todo dolor en las articulaciones, especialmente de la espalda, o en los tejidos blandos (músculos, tendones, fascias) que se sufra de forma permanente o intermitente y que dure más de tres meses. Y también cualquier afección que curse dolor o molestias de más de tres meses de evolución, entre ellas, cefaleas, migrañas, fibromialgia,...

¿Qué papel juega el fisioterapeuta en todo esto?

El fisioterapeuta se convierte en un “fisiopedagogo” ya que sobre todo informa pero también interviene en explorar, valorar y orientar al paciente en cómo volver a la actividad y a una vida sin dolor.

Dece que se puede curar desde un tratamiento que tenga en cuenta la mente-cuerpo dentro del contexto de la medicina biopsicosocial ¿pero la mente es un tema del psicólogo no del fisioterapeuta? 

Sí, así es, pero en este caso somos más pedagogos qué psicólogos. Cuando desde este abordaje tenemos en cuenta la mente, estamos hablando de lo que hay en ella: pensamientos, creencias, emociones, etc. que contribuyen a que el sistema nervioso haga valoraciones de peligro y excesivamente protectoras cuando no es el caso. No entramos en resolver por decirlo así la “historia” que hay detrás de todo esto. Aquí es donde toma sentido la transversalidad y actuación interdisciplinar; si se descubre una patología de la mente hay que derivarlo al profesional correspondiente, es decir, al psicólogo, aunque otras veces podría ser a atención primaria.  

Ha dicho que las evidencias muestran que el dolor crónico no oncológico es una respuesta de un sistema nervioso demasiado alarmista y protector ¿Por qué ese sistema es tan alarmista? 

El sistema nervioso está diseñado para generar respuestas y permitirnos que constantemente nos adaptemos al medio y a los cambios. Si la información que llega al sistema nervioso a partir de lo que pensamos, creemos y sentimos es valorada como peligrosa este dará respuestas a ello. Ahí es donde interviene el fisioterapeuta con diferentes medios para cambiar en lo posible esa percepción.

¿Qué debemos aprender al respecto?

Que estamos ante un cambio importante de modelos de trabajo, lo que se dice un cambio de paradigma, y que los fisioterapeutas somos el “gigante dormido” que está despertando para contribuir a que esta plaga para el primer mundo, que es el dolor y las afecciones crónicas, pase a ser historia.

Para ello nos tenemos que actualizar constantemente, si no, corremos el peligro de no ser eficaces. Seguir pensando, por ejemplo, que la mente es una cosa y el cuerpo es otra es no estar actualizado, ya que las investigaciones en neurociencias nos hacen ver como nuestros pensamientos se convierten en impulsos nerviosos.

Ha traducido el libro “Dolor crónico” de la fisioterapeuta británica Georgie Oldfield, de la que es representante en España. ¿Por qué este y no otros muchos que hay en lengua inglesa sobre este tema?

El primer motivo es porque lo ha escrito una fisioterapeuta pero la principal razón es porque da al detalle un programa de recuperación para el paciente y para el profesional, que lo puede desarrollar y ampliar con sus conocimientos e intervenciones.

Entonces, ¿esta sería la principal aportación del libro?

Sí, con este abordaje, el “paciente” deja de ser paciente para ser “agente”, y este, con una información actualizada, un buen programa de recuperación pautado y el asesoramiento del fisioterapeuta, puede conseguir superar totalmente el dolor y ciertas afecciones crónicas. 

Para su presentación, que tuvo lugar en diciembre en Valencia, ha contado con la colaboración del Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad Valenciana, ¿qué ha supuesto para usted?

Un hito importante ya que me siento apoyada por el Colegio Profesional que me representa a mí y a todos mis colegas; veo que el propio colegio avanza y se actualiza y eso me da mucha tranquilidad y esperanza.

 

 

 

 

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